Desde el año pasado venimos siguiendo la aparición de plataformas de desarrollo nocode y lowcode y viendo de cerca cómo están evolucionando plataformas como Webflow, Bubble, Airtable, Coda, Notion, Zapier, y muchas otras que hoy día brindan la posibilidad de desarrollar aplicaciones relativamente complejas con poco o ningún conocimiento de programación. En papel, esto puede tener un impacto gigantesco: abre la puerta para que un universo mucho más grande de personas puedan desarrollar herramientas digitales para resolver sus necesidades del día a día, sobre todo para pequeños negocios y emprendimientos que quizás no tienen los recursos para reclutar sus propios equipos de tecnología.
Pensando en esto, con Enrique Peralta hicimos una investigación rápida para entender con más detalle cuál era el espacio de oportunidad aquí y cómo estas plataformas nocode/lowcode lograban responder a los dolores que encuentran las personas cuando tratan de poner algo en la web — una landing page, una pequeña aplicación de uso interno, o el prototipo o MVP de una propuesta de valor. Conversamos con personas de perfil emprendedor o trabajando en equipos de producto en organizaciones más grandes para tratar de entender: ¿pueden las plataformas nocode/lowcode dinamizar y acelerar la experimentación digital? ¿Pueden contribuir de alguna manera a la transformación digital de la pequeña y mediana empresa?
Como pasa muchas veces, descubrimos que sí y que no al mismo tiempo. Pero aprendimos cosas interesantes.
1. Tu negocio puede correr en NoCode
Uno de los grandes problemas que tienen muchos negocios nuevos es que sufren mucho para dar el salto hacia tener procesos claros y eficientes. Cuando su nivel de operaciones es simple, es viable y razonable que todo se haga de manera manual, casi artesanal: al principio es hasta la mejor idea, para que los emprendedores entiendan al derecho y al revés todos los detalles del negocio que están construyendo. Pero a medida que crecen, esta base manual se convierte en un obstáculo para su crecimiento, y el salto hacia procesos mejor definidos y operaciones automatizadas implica cruzar una brecha demasiado grande.
Allí es donde las plataformas NoCode tienen un potencial gigantesco: en absorber progresivamente las operaciones de un negocio para convertirlas en procesos semi-automatizados. Llenan el espacio que existe entre registrar ventas y pedidos en un Excel, y hacerlo en un ERP: ahora un negocio puede construir una base de datos de pedidos en Airtable, con acceso compartido para todo su equipo, y tableros de control y herramientas para que diferentes personas accedan a diferentes vista de la misma data y todo se mantenga coordinado.
Así como ese hay decenas de casos de uso imaginables. Pero el principio detrás de todos esos casos de uso es el mismo: pequeños procesos y pequeñas operaciones pueden convertirse en pedazos de software que corren de manera continua y semi-automática. Eso hace de la digitalización un proceso incremental y atomizado, en lugar de un salto al vacío que requiere del compromiso con grandes plataformas.
2. Puedes ahorrarte la tecnología, pero no el proceso
El problema es que la promesa de las plataformas NoCode está en cierto sentido exagerado. Es cierto que puedes ensamblar estas herramientas mucho más rápidamente y sin usar código. Pero eso no quiere decir que puedas hacerlo sin ningún tipo de familiaridad digital, o sin una comprensión básica de la lógica de cómo desarrollar software. Aún tienes que pensar en qué data necesito registrar y cómo la estás registrando, quién debería tener acceso a qué cosas, y cómo debería presentarse la información. Todas estas son preguntas relativamente complejas del proceso de diseño de interacciones y de ingeniería de software.
Algo similar ocurre con la experimentación digital, o la necesidad que tienen muchos equipos de desplegar rápidamente herramientas digitales para evaluar una hipótesis o una propuesta de valor. Las plataformas NoCode les permiten hacer esto muchísimo más rápido y a un costo significativamente menor — pero eso no se traduce automáticamente en mejores experimentos o mejores aprendizajes. Con un experimento mal diseñado, un equipo puede terminar llegando a conclusiones incorrectas como resultado de un experimento NoCode.
Las plataformas NoCode reducen significativamente las barreras de producción y desarrollo, pero los requerimientos de conceptualización se mantienen constantes: desplegar buenas herramientas, o buenos experimentos, aún requiere de tener un proceso y una lógica detrás de cómo se construyen estas cosas para que puedan ser efectivas. Las plataformas NoCode por sí solas no cierran la brecha de metodologías o de formas de trabajo que permiten a equipos y organizaciones sacar todo el valor de sus inversiones digitales.
3. Es el momento de la Ingeniería NoCode
Es por eso que hemos encontrado que se ha abierto un espacio de oportunidad para un nuevo tipo de rol: las y los ingenierxs NoCode. Estas son las personas que sabrán intermediar entre las necesidades del negocio — los procesos que generan dolor, las oportunidades para crear eficiencia o incrementar el valor para el usuario final — y las plataformas NoCode y LowCode. La ingeniería NoCode permite hacer más con menos, dentro de ciertos límites de escala y complejidad: no es que cualquier aplicación o herramienta funcionaría mejor de esta manera, pero hay un cierto nivel de complejidad y maduración, especialmente cuando se están validando hipótesis y obteniendo aprendizajes, donde trabajar con estas plataformas tiene demasiado sentido. En lugar de invertir en desarrollar una aplicación móvil para saber si una propuesta de valor resuena con el mercado, un experimento NoCode puede conseguir esa data en menos tiempo y a un menor costo.
Ese es el tipo de problemas que las y los ingenierxs NoCode podrían especializarse en resolver: combinando el manejo de metodologías y diseño de experimentos, principios de diseño, y desarrollo NoCode, pueden armar productos digitales simples en cuestión de días o semanas en lugar de meses, con equipos mucho más chicos y menos especializados. Pero tienen también que ser conscientes de sus propios límites: no se trata de vender una forma de desarrollo que sea “igual pero más rápido y barato”, que es lo que muchas personas van a querer escuchar. Se trata de un gran vehículo para la experimentación y el aprendizaje, de cara al usuario final o de cara a la operación interna. Para responder preguntas puntuales y bien identificadas.
Este es un rol que hoy día no existe, hacia el que algunas personas están gravitando orgánicamente, por ensayo y error, sin llegar siquiera a identificarse como “ingenierxs NoCode”. Pero el potencial es enorme: es un rol que puede ayudar a pequeños negocios a agilizar problemas operativos, a equipos de producto a desplegar experimentos de manera inteligente, a emprendedores a evaluar su propuesta de valor con usuarios reales con pocos recursos. Y es por lo mismo potencialmente una oportunidad enorme para diseñadores, desarrolladores, y otras personas en el mundo digital buscando oportunidades de crecimiento.
4. Hay un hueco en el mercado
Lo que hemos podido constatar a través de entrevistas con diferentes perfiles de usuario y evaluando las diferentes opciones de plataformas que están disponibles es que existe un hueco en el mercado. Hoy día, para desarrollar un producto digital existen básicamente tres opciones: hacerlo por ti mismo desarrollando capacidades internas, lo cual es costoso y toma mucho tiempo; tercerizándolo con un desarrollador independiente, lo cual conlleva una serie de riesgos y requiere de saber cómo gestionar ese proceso y esa relación; o tercerizándolo con una empresa de desarrollo o una agencia digital, que tiene un costo más alto a cambio de un mayor nivel de predictibilidad.
Para cierto tipo de desarrollos, ninguna de estas opciones es ideal. Para proyectos de baja complejidad y un alcance relativamente acotado — por ejemplo, lanzar una página web promocional, o crear una herramienta simple para el seguimiento de pedidos, entre otros casos de uso — cualquiera de estas opciones implica riesgos muy grandes, que una pequeña empresa o un emprendedor muchas veces no pueden asumir. Es por eso que cientos de casos de uso que son materia perfecta para la digitalización permanecen en su forma más básica, como procesos manuales y difíciles de escalar que generan mucho costo a las organizaciones más chicas.
Pero ese es justamente el sweet spot donde las plataformas NoCode pueden generar muchísimo valor. Para responder rápidamente a preguntas puntuales y bien definidas, generar mejoras incrementales allí donde existen problemas claramente identificados. Eso puede contribuir enormemente a que equipos y organizaciones chicos se vuelvan cada vez más digitales, cada vez más rápidamente: haciendo que ese cambio deje de ser un salto al vacío y se convierta en un viaje progresivo.
Esto no ocurrirá por sí solo: este hueco en el mercado requiere también de nuevos roles, nuevas capacidades, nuevas propuestas de valor y servicios para poder explotar todo este potencial. Y hacia eso estamos enfocando nuestra atención ahora: ¿qué piezas hacen falta en el ecosistema para que pueda activarse todo este valor?
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