No estoy bromeando cuando les digo que el mundo está cambiando más rápido de lo que podemos hacer sentido de lo que está pasando. Hace apenas un año, era difícil levantar una piedra y no encontrar alguien diciendo que el futuro era el metaverso o tratando de venderte algo al respecto. En el SxSW del 2022, el metaverso estaba por todas partes, junto con una idea un tanto extraña de que el futuro íbamos a ser todos nosotros conectados por cascos de realidad virtual interactuando en entornos digitales. Este era el futuro al que supuestamente nos dirigíamos inexorablemente.
Y de pronto ya no.
De pronto el metaverso se desinfló. De pronto empezamos a hablar de otras cosas, empezamos a hablar de inteligencia artificial, algoritmos generativos, de pronto aparecieron Dall-E y Stable Diffusion y Midjourney y ChatGPT y de pronto empezamos a hablar por completo de otras cosas y medio que la discusión en torno al metaverso se quedó en el camino.
Hasta que de pronto, hace unas semanas Apple anunció el Vision Pro, su propia casco de realidad virtual y aumentada que buscaba inyectarle nueva vida a esta visión, a este futuro con todos sus conceptos. Lo cual es curioso en muchos sentidos. En primer lugar, porque aún hoy nadie tiene del todo claro qué es el metaverso. Yo sigo pensando que cuando hablamos del metaverso no estamos hablando de una tecnología específica, sino de un conjunto de cosas que diluyen la separación entre el mundo virtual y el mundo físico — porque permiten que el mundo virtual sea cada vez más rico y complejo, o que el mundo físico sea cada vez más rico en información e interacciones. Pero el metaverso no es una cosa, sino un entramado que conecta realidad extendida con criptoactivos con registros distribuidos con mundos virtuales y etc.
En segundo lugar, este lanzamiento es curioso porque parece llegar extrañamente a destiempo. Hace un año, el Vision Pro habría hecho todo el sentido del mundo e incluso habría posicionado a Apple rápidamente a la delantera en la competencia. Un año después, es un tanto… raro. La conversación se ha ido en otra dirección y termina siendo incluso curioso que Apple haya decidido no participar de la disputa por el liderazgo en inteligencia artificial. Y tras la crisis económica que atraviesa el mundo en los últimos meses y el encogimiento del mercado de capital de riesgo, mucho del dinero que financiaba estos ejercicios especulativos de alto riesgo se replegó, trayéndose abajo mucha de la efervescencia en torno al metaverso.
Entonces, ¿cómo es posible este suceso?
En lo que sigue, quiero reconstruir la historia de cómo llegamos hasta aquí, y hacia dónde podríamos ir a partir de ahora. Vale la pena entender cómo así el metaverso, con toda su ambigüedad, se convirtió en una oportunidad tan prometedora para de pronto desaparecer antes de que le renueven la siguiente temporada. Y a partir de la manera como Apple ha presentado el Vision Pro — sin usar nunca la palabra “metaverso” ni nada que se le parezca — cómo podemos interpretar su posible estrategia por acuñar y apropiarse de una categoría completamente nueva de computación.
Porque si bien es cierto que nunca es buena idea apostar en contra de Apple, hay de todos modos algunas cosas aquí que no cuadran. Así que vale la pena detenernos un rato para hacer algunas preguntas sobre cuál es la estrategia por la que está apostando Apple.
